Friday, November 30, 2007

Aquí


Es tarde, el sol sigue bajándose de aquel tejado de vapores grises y, sin embargo, todo sigue igual. Sentado, en esta acera se dibujan las mismas imágenes de siempre: La niña disfrutando su helado con un intenso placer que el sol de lado festeja con un rumor amarillo; el conductor emulando torpes percusiones de una melodía sobre el volante, mientras busca estacionamiento; el hombre fumando envuelto en su propia calma, sentado en la banca ancestral pintada con rastros de pájaros; el limosnero hurgando algo más que botes de basura para encontrar la raíz mínima de un sustento mediante sobras colectivas… Es extraño, hay fantasmas que parecen personas, hay líneas que parecen edificios y calles, también hay sombras que parecen colores, como los objetos perdidos que, una vez recuperados no vuelven a ser los mismos. Hay una muerte que envuelve el tiempo de las presencias terrenales para que no se confundan con las ausencias, las ausencias que me tienen aquí, revisando movimientos ajenos, explorando los costados del ocaso, borrando soles y arando cielos para sembrarlos de estrellas. Las horas vuelan en su intacto golpeteo, y un octubre común y corriente, pero eterno a la vez controla un par de pensamientos y dos sueños, de esos que uno guarda para no olvidarse tanto de las despedidas necesarias. Estoy pensando en todos, en aquéllos que se han ido, en los que no están y tardan tanto en regresar. Pienso en aquéllos, los que a la voz de un silencio de deseos comprimidos emprendieron marchas engendrando pasos, como enjambres ondulantes… pienso en sus travesías moribundas, en sus descansos mínimos, pero, sobre todo, en sus imágenes con colores de no retorno, poblando corredores perdidos entre millones de intentos. Sus huidas son prisas pero en lentos impulsos que recrean el miedo de los estáticos, ondulando pañuelos secos para no perecer en la prolongación de una despedida inevitable. Pienso en los huecos dejados en las calles, en las plazas, en las manos de quienes no saludan llegadas… Tengo que pensar, sin embargo, en razones y no necesidades, tengo que mirar la verdad de un rompimiento, la debilidad de hilos que no soportan el placer perverso de la fuerza en movimiento, alejándose, buscando luces y acantilados remotos. Acuden a mi recuerdo los que en un parpadeo tardaron en responder a llamados simples. Aquéllos guardados en sueños blanquecinos, en cajas labiales que repiten nombres borrados por los meses. Llegan miles de imágenes de los que se creen vivaces, pero que no tienen remedio y descienden por pasillos sordos, viviendo la alegría horizontal que entristece a los vivos. Pienso en los que duermen sin almohadas, sin necesidad de mantas y sin la preocupación del canto matutino. Pienso en los que rompen el alba y la noche con un verbo de locura quieta, los que desafían al tiempo para pasar las horas con un pasatiempo eterno. Me pregunto en dónde perdieron el último segundo de un quehacer inventado, me pregunto por qué se les niega el movimiento si aún son nombres, todavía miran algo más que bancos, tiendas y libros cotidianos. Sigo esperando, sigo en calma mirando alrededor buscando una silueta, un gesto que rompa la monotonía de los muros en silencio. Aguardo a todos y a ninguno, a todos ellos, los unos itinerantes, los otros dormidos, taladro el aire con los ojos congelados en la espera y en la seguridad de mis teatros privados, en donde los convoco a reinventar la existencia, a reelaborar el sentido del sinsentido. Miro una tarde que ahora miente, y en una escenificación inquisidora descubro quizás la imposibilidad del retorno, o aún peor, la imposibilidad del inicio en todo. Esperaré, tal vez, hasta que tenga que esperar, perdiéndome en la perversidad de las calles tragadas por sus puntos de fuga, manchadas por espaldas que emprenden las formas de su propio destierro y por un momento me dejan solo aquí, en este pequeño universo que parece acera, donde aún no llegan los ausentes, aquellos que se han ido y… ¡Dios, cómo tardan en volver!... me pregunto cuándo los veré de nuevo…

Tuesday, September 4, 2007

Lo matutino

La mañana
Dormitando… y
Tú,
Inmersa en el odio
Del calor
Que se le escapa
A septiembre…

Ya es
Otro día
Inmerso en mares
De cartón
Y pulmonías
Del aire gris
En acrobacias
Manifiestas.

La tarde
Espera
Duelos, avispas y
Maniobras
De los cerros
Devorando
Luces que se cruzan
Con vapores
Flotantes

La noche
Demora
En expandirse, en abrir
Bares y
Extinguir
Caminos…
Aunque… pensándolo bien,
No es tan tarde, no es
Tiempo
De truenos
Ni de pasos
Para una
Mañana
Que sueña
Y no despierta.

Thursday, August 30, 2007

Caminando

Caminando sucedió…
Sucedió que en un par de pasos,
En un parpadeo de
Pensamientos
Avancé y me sorprendió,
Sí…
Me golpeó
El mundo,
Se me echó encima la tarde…
Pero ¿qué podía hacer?...
Eran demasiadas nubes juntas,
Todas pintando algo más que
Un cielo sombrío.
Fue imparable
La voz de un viento
Empeñándose en
Agitar sus agudos
Bordes de plomo
Para debilitar
Esperanzas,
De esas guardadas en bolsillos de sueños,
Como cuando la lluvia nos captura
En su escritura danzante.
Me propuse dibujar sueños
Que parecieran nubes, y así
Moldear nubes que parecieran
Sueños.
Me acerqué
A las nubes,
Y olían a sueños,
A segundos de color gris…
Parecían algodones
Mojados de una música que vehemente
Empuja el invierno
Latiendo desde lejos,
Con asomos de

Escarcha y
Sin demora…

Inicio

La palabra, la hueca y maldita fábrica de significados, a veces somníferos, a ratos deslumbrantes... En este lugar destierro la nada y me invento en frases para inventarme lectores inocentes, doblegados a diario por la rara capacidad de asombro. Jamás pido perdón por lo que escribo, en cambio solicito disculpas por lo que se lee en cada linea trazada, consciente o inconscientemente...
Sea pues la letra mi versión de cada sueño...