Sunday, May 18, 2014

Niebla

 
A veces viene así, sin aviso previo, como cierto tipo de crimen. Se nos queda en la conciencia, metida e insistente, se hace una verdad traslúcida que, en lugar de flotar, prefiere pasearse entre los charcos, entre las grietas del asfalto y, de pasada, le gusta treparse a las escaleras para que no la vean los vientos que reclaman su préstamo. Es un accidente. Es -quizás- como uno de esos vampiros,... altos, serenos, ésos de los ojos confiados, los que se acuestan y respiran despacito su tercera o cuarta muerte (necesaria si se quiere decir) antes de la huida. Es uno de estos sucesos que viven de la rara sorpresa de abrazar al aire por detrás y desatar en el acto un olor de peces muertos, un aroma de pantano. Es un fenómeno agazapado, al mismo tiempo que, con el apuro a cuestas, roba colores y distancias. Cuando llega su turno, los ánimos se le pasan y al rato ya no le alcanza la carne para apagar los mediodías. Entonces, prefiere caerse y beber la luz regada por todas las aceras. Así, simplemente se cuelga de su propia memoria intentando disuadir al tiempo para que no la deje atrás, a su suerte y a merced del silencio diurno

Wednesday, March 26, 2014

Hielo



 
Caminaron. Caminaron solos cargando el azar de un diluvio ausente, sin raíces ni intereses. A la derecha y lejos de la piedra, trajeron un sueño polar y volvieron como todos los años a vagar sobre el hielo, quizás en busca de un alba llano, sin pánicos que juzguen la rutina; o tal vez intentaron poblar la entraña marginal del agua dura y dividida. Algunos, los más diestros, perforaron la tarde con la complicidad de una adivinanza, de ésas que son severas con los rigores de la física. Otros, afirmaron su malestar con la velocidad de una palabra sorda, mordida una y otra vez en el más absoluto secreto. Casi todos respondieron quedo, como fantasmas, y luego consagraron la ira de un sueño que ya no vuelve a la esquina de la memoria, ya sea por asomo o por darle un tributo a la decencia de desalojar las causas de un invierno obstinado en compartir sus propios sótanos con la luz. Todos de pie y heridos, faltan a sus trabajos, por negligencia o por el cínico placer de comprobar la tensión superficial de las horas que no son como las oficinas. Todos andan lento, conspiran contra el lago, todos se miran sin verse, por lo menos para matar el asombro de no encontrarse hundidos en las grietas, en los montones de una sola pregunta: ¿Cuándo llegará la primavera?

 

Friday, February 28, 2014

Frío

 
De aquí hasta donde alcanza la tarde, la luz se despedaza sobre piedras que no tienen el color de las piedras. Todo es blanco y no quiere cambiar ni de nombre. En Ohio, las nubes tienen miedo de irse bajo el riesgo de que el gris se haga primavera en un parpadeo porque (supuestamente) aún no es tiempo. Todavía es febrero y el aire, siempre amenazante, apunta a los lados del calendario para confirmar que aún no se va el frío, para no arrepentirse cuando las palabras ya no sepan a frío mezclado con diesel. Mientras tanto, el sol muere como adolescente, se va a diario temprano, a empujones y vacío. Así es cada noche, un descanso de charcos sólidos, líneas de luces mercuriales tiritando, una muerte repetida sin polvo y esperando la oportunidad de soñar con vampiros volando hacia las sombras que proyecta la sangre brotando del poniente.

Monday, February 10, 2014

Luna sola

Encuentre la luna y llévesela a casa. Llévesela entre las sienes, si quiere, pero no la deje así, tan sola y terrenal. No vaya a ser que en un descuido, se la robe la niebla a punta de tangentes, tomándola de la cintura. Salve esa luna inclinada sobre las ramas para que la noche no la rompa y que, después, deje sus pedacitos regados en un puente de nubes ausentes. No olvide que la luna tiene una lengua enredada en los hastíos cotidianos, después de tanto perseguir el horizonte. Sí; la luna de gritos y humos; es ella la que aulla y se esconde en los cerros que se tragan los pájaros, los tornados perfumados de primavera. Cuando por fin la tenga, recuerde cerrar la ventana y, así, todos sus miedos no serán más que sombras plateadas, como mariposas jugando a pintar la madrugada.

Saturday, January 25, 2014

El Túnel

Avancé por el túnel. Ahí estaba. Quieto, profundo y al mismo tiempo atareado. Era un punto herido, un examen quizás de luz que expulsaba de las paredes cualquier sombra. Me di cuenta, asimismo, que las palabras habituales se me hicieron, más que fieras, lejanas, al grado que sentí en la memoria esa obligación de empujar aromas -acaso sonidos- contra mis pesadillas, hacia el fondo, para que durmieran en su destino, que es lo mismo que un cuaderno manchado de rumores, sin historias. Para mi gran sorpresa, el final del túnel jamás llegó. En cambio, me miró su curvatura y la distancia fue una alegoría inalcanzable que en un segundo se apagó en secreto. Creo que en ese mismo momento, sus formas y sus voces matutinas se olvidaron de mí y de lo que fui, una de tantas casualidades que se hacen ausencias.

Thursday, January 2, 2014

Otoño- Invierno

Por si nadie se acuerda, hubo un tiempo escondido detrás de una, de dos, tres y las otras nevadas, antes de que éstas formaran ese inmenso lomo de incomodidades. Hubo un momento de hojas flotando irregulares al atardecer como sequías de colores, cuando el frío disimulaba sus embestidas en madrugadas anaranjadas y más tempranas que cualquier aroma. Pero ese septiembre (quizás), ese octubre avergonzado por los días, por las palabras y sus peleas cotidianas, se cansó de sus luces y se inclinó sobre una almohada blanca rellena con los misterios de algún recuerdo que se aparta más y más de cualquier creencia, de toda calle transitada. Ese tiempo, ese suceso, tal vez rehén de su propia transparencia, es ahora un punto que a la distancia recuenta sus minutos horadados por el luto del presente que se niega también a perdudar.